En estos momentos de confinamiento, uno de los mejores antídotos para soportarlo está en el humor. Cada día vemos en la televisión o través de las redes sociales a ciudadanos anónimos que sacan el ingenio en estas situaciones…
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¡Cuánto más tendría que estar el humor presente en el aula!
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Y es que el humor nos ayuda a recordar y a desarrollar la imaginación, a mejorar el lenguaje, a ser críticos y, por supuesto, a crear un buen ambiente en el aula…y mucho más…¿No son estos los ingredientes que tiene que tener un buen proceso de enseñanza – aprendizaje?
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Creo que muchos docentes hemos podido experimentar todas las ventajas de la risa. ¡La sonrisa es contagiosa! A los maestros y maestras que más recuerdo de mi paso por el colegio, a los que añoro incluso, son a aquellos que me hicieron sonreír…aunque luego me suspendieran…
Y algunos me dirán…¡cuidado!, hay una gran diferencia entre “reírse de alguien” o “reírse con alguien”…Totalmente de acuerdo…Y esto también hay que educarlo. Realmente el humor es un arma de doble filo si lo usamos mal, pero si lo usamos de forma sana e inteligente, tiene un potencial enorme y aquí el maestro tiene mucho que decir…y sobre todo tiene mucho que hacer, porque según él haga, así harán sus estudiantes.
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Siempre he intentado que mis clases, por encima de todo, fuesen divertidas, que en ella hubiese instantes inolvidables. Que todos lo pasásemos bien…
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Recuerdo esos momentos en lo que se te acercaba un chaval y te contaba un chiste…y luego dejaba que se lo contase a toda la clase…o cuando estaba explicando algo que no tenía sentido y me quedaba pillado…pues todos nos reíamos…¿Y, qué pasa? Tenemos que desterrar una idea muy nociva: seriedad no es sinónimo de aprendizaje.
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¿Crees que el humor es importante en la educación?

El humor es vital en la educación